viernes, 12 de junio de 2015

¡Me gusta que lo hagas!

Cuando te levantas de madrugada a buscar mi rostro, ¡vuelve a hacerlo! Me gusta que lo hagas.
Cuando estas con duda y sediento o sedienta de verdad y te refugias en mi palabra, me gusta que lo hagas.
Cuando te dispones a que te ayude a mejorar, ayunando, y sabes que es para tu bien, me gusta que lo hagas, no dejes de hacerlo.
Cuando dejas todo lo que tienes que hacer para ir corriendo a la iglesia a rendirme adoración y alabanza, me gusta que lo hagas.
Cuando le das alimento, vistes, visitas al necesitado, al indigente, en una cárcel, en un hospital o asilo de ancianos, me gusta cuando amas al prójimo.
Me gusta cuando no te importan las burlas y rechazo por no hacer las cosas del mundo, cuando en tus planes me tomas en cuenta, me gusta que lo hagas y cuando me pides que te dé sabiduría.
Cuando estás en cualquier lugar y en tus pensamientos estoy yo, me gusta que lo hagas.
Cuando estás en una tormenta y sigues caminando sobre el agua, porque no desvías la mirada de mis brazos, me gusta que lo hagas.
Cuando no pierdes la Fe, a pesar de lo que ves, eso me gusta; cuando motivas a los demás.
Y cuando en todo lugar te vean o no, me honras y obedeces, porque yo todo lo veo, ¡ESO ME ENCANTA!

¡Por eso Te Amo!

Atentamente: Dios
Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma. Jeremías 32:41

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